Concurso. Ordenación Urbana
2005
Promotor: Ayuntamiento de Granada
Localización: Granada
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Cuando un curso de agua se desnaturaliza y encorseta, como sucede con el río Genil, y teniendo en cuenta la irregularidad de su cauce y su escasa potencia como flujo consolidado en la memoria colectiva, parece utópico pretender que posea el carácter que otros ríos adquieren en ciudades como París o Rótterdam. Ahora bien, un río no es solo el agua que mueve, sino también aquello que es capaz de generar en su entorno. Sobre esta idea sí podemos trabajar, sobre su Ribera. Potenciemos, pues, sus acontecimientos tangentes, que sean ellos los que marquen esa presencia difusa, y sean capaces de generar vida urbana de relación en sus márgenes.
Apostamos, en consecuencia, por domesticar la idea de ribera, comenzando por la revegetación de los bordes del río mediante la inserción de familias de trepadoras alimentadas por el débil caudal de agua que es hoy el Genil, a su paso por la ciudad. Mediante esta acción perseguimos un proceso de renaturalización del cauce fluvial, generando así una biomasa amortiguadora del fuerte impacto que, paradójicamente, el proceso urbanizador ha tenido sobre su propio medio urbano. Asumimos además, el ámbito de intervención como un espacio entre flujos, una suerte de meandro limitado por el río (flujo natural), y por una de las vías de acceso rodado a la ciudad (flujo antrópico). Flujos, pues, conceptualmente enfrentados, que conforman este espacio urbano intersticial como zona capaz de manifestar y caracterizarse a través de los gradientes generados por ambos caudales. Basándonos en ello, materializamos esta zona de meandro como un espacio-tapiz fluido, manifestación del encuentro y fusión de los flujos que la limitan. Mediante la combinación de dos materiales base como el hormigón (reflejo del flujo antrópico), y un sustrato vegetal de tapizantes (manifestación del flujo natural de un río), obtenemos un manto estriado, un tapiz cuyas variaciones de tejido no surgen de la aplicación de un catálogo heterogéneo de pavimentos, sino de las combinatorias posibles entre ambas texturas.
El espacio urbano reflexivo, es un espacio de flujos interconectado que ofrece su lógica sobre lugares dispersos y segmentados, cada vez menos relacionados entre sí y menos capaces de compartir códigos culturales.
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Colaboradores:
Manuel García Ramis, arquitecto
Carlos Gor Gómez, arquitecto
José Daniel Campos, arquitecto
Francisco Álvarez Lloret, arquitecto
